Tres poemas cercanos al fin del mundo
I croa el lago el silencio del sapo mudo II Qué pasará si muero hoy que he conocido el arrepentimiento hoy que pastan los cuerpos de tu hijo en la sangre de tu Iglesia …
I croa el lago el silencio del sapo mudo II Qué pasará si muero hoy que he conocido el arrepentimiento hoy que pastan los cuerpos de tu hijo en la sangre de tu Iglesia …
Fui a Pátzcuaro en este Día de Muertos. A pesar de estar a pocos kilómetros de la ciudad donde vivo, nunca había ido en esa fecha. Fui a la isla de Janitzio e hice el recorrido de rutina: subir hasta el monumento a Morelos por …
No lamentaré si me doy media vuelta y dejo inconclusa esta casa, si quito la cimbra antes de que fragüe el techo. En la última mudanza, junté todo y lo quemé. Di un par de vueltas y juré con todo mi odio que nunca regresaría. …
Ni el agua fluye con tanta libertad como el polvo, que, sin importarle que las ventanas o puertas estén cerradas, se acumula sobre el librero y el buró. Acaso sólo falta pestañear para que el mundo se llene de polvo, y no importa cuánto se …
Pienso que Dios, artesano, no fue gratuito al poner las montañas en el paisaje. Nos dio una forma para acercarnos a él, para picarle la nariz. Si escalamos la cima, nuestros ojos son los ojos con los que Él nos devora. Una vez, recuerdo, fui …
Rápido aprendí que construir una casa no es fácil, menos cuando la quieres en un árbol; aun así, mi hermano y yo, con tablas y clavos hicimos el piso; después, sin tener las paredes, porque no entendíamos de órdenes ni de estática, construimos el techo. …
Édgar Omar Avilés nació en Morelia, Michoacán, en 1980. Es maestro en filosofía de la cultura, licenciado en comunicación y diplomado de la sogem. Autor de No respiramos: inflamos fantasmas (Editorial Posdata/conaculta, 2014), Cabalgata en duermevela (Tierra Adentro, 2011), Premio Nacional de Cuento Joven Comala …
Si detenemos las alas de un colibrí, muere. Nunca está quieto. Para dormir, entra en una falsa muerte. Su necedad por moverse de un lado a otro es una trampa mortal. Nada más triste, porque uno quisiera acercarse lo suficiente a esos pequeños juguetes para …
Frío, frío. * Alguien me dijo de una amiga suya que cantaba una canción cuando perdía algo, que así lo encontraba. * No importa qué tan ordenado se sea, en algún momento llegamos a extraviar nuestras cosas. Hay objetos que tienen especial filia por esconderse, …
Durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán jamás que nos hemos ido. Jorge Luis Borges Hay ancianos que se llenan de gatos. Caminar en esas casas es complicado; en cualquier momento, te puedes topar con uno de esos felinos y pisarle la cola. …
No me queda otra salida que caer en la añoranza hacia el objeto. En estos días, he leído, en la computadora, ya que carezco de lector electrónico, una tras otra, algunas novelitas de Levrero, algo de Gógol y de Monterroso, una obra de Beckett y …
Me aburro fácil. En mis clases, soy un verdadero dolor de muela para mis profesores y compañeros: me muevo de un lado a otro, digo algún chiste tonto, interrumpo la clase. No hay nada más insoportable que estar sentado en una butaca sin hacer nada. …
Un libro es igual que una casa, nueva en cada mirada, un libro es un continente. José Saramago El libro es una casa. Así, de una forma más majestuosa que la mía, lo compara Saramago; dice que no conoces una casa por el hecho …
…y preñarnos de becerros no-natos. El lector es alguien inasible, difícil de abarcar con la mano; un ingenuo que intenta ser Dios; un vaso que nunca se llena de palabras destinadas al olvido. Un personaje más; a veces, un protagonista. Un ser desesperado que tira …